miércoles, 29 de agosto de 2018

CIATICA, EVITE MALAS POSTURAS

 


Se refiere a dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo en la pierna y es causada por lesión o presión sobre el nervio ciático. La ciática es un síntoma de otro problema médico, no una enfermedad por sí sola. Causas: La ciática ocurre cuando hay presión o daño al nervio ciático. Este nervio comienza en la región lumbar y baja por la parte posterior de cada pierna. Este nervio controla los músculos de la parte posterior de la rodilla y región inferior de la pierna e igualmente proporciona sensibilidad a la parte posterior del muslo, parte de la región inferior de la pierna y a la planta del pie. Las causas comunes de ciática abarcan: Hernia de disco. Estenosis raquídea. Síndrome piriforme (un dolor que compromete el estrecho músculo en los glúteos). Lesión o fractura de la pelvis. Tumores. Síntomas: El dolor ciático puede variar ampliamente. Puede sentirse como un hormigueo leve, dolor sordo o una sensación de ardor. En algunos casos, el dolor es tan intenso que imposibilita el movimiento de la persona. El dolor ocurre más a menudo en un costado. Algunas personas presentan dolor agudo en una parte de la pierna o la cadera y entumecimiento en otras partes. El dolor o el entumecimiento también se puede sentir en la parte posterior de la pantorrilla o en la planta del pie. La pierna afectada puede sentirse débil. El dolor ciático a menudo comienza de manera lenta y puede empeorar: Después de pararse o sentarse. En las noches. Al estornudar, toser o reír. Al doblarse hacia atrás o caminar más de unas cuantas yardas, especialmente si es causado por estenosis raquídea. Pruebas y exámenes: El médico llevará a cabo un examen físico, el cual puede mostrar: Debilidad al flexionar la rodilla o mover el pie. Dificultad al doblar el pie hacia dentro o hacia abajo. Dificultad para agacharse hacia adelante o hacia atrás. Reflejos anormales o débiles. Pérdida de la sensibilidad o entumecimiento. Dolor al levantar la pierna estirada por fuera de la mesa de exploración. Los exámenes con frecuencia no se necesitan, a menos que el dolor sea intenso o duradero. Si se ordenan, pueden abarcar: Exámenes de sangre. Radiografías. Resonancia magnética u otros exámenes imagenológicos.


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