lunes, 22 de agosto de 2022

¿Sabes cuáles son las lesiones más comunes en corredores?

 

El running es un deporte de impacto y realizado de forma incorrecta puede acarrear un alto riesgo de lesiones en los corredores, pero realmente no tenemos por qué lesionarnos cuando hacemos runningespecialmente si tenemos una musculatura preparada para absorber esos impactos y cuidamos la técnica. Las lesiones pueden venir por multitud de factores, y entre ellos puede estar el impacto que se produce en nuestras articulaciones, tendones, musculatura, etc. cuando corremos, ya que la carrera no es otra cosa que una sucesión de saltos.

Este impacto, en sí, no tiene por qué hacer que nos lesionemos, pero si sometemos a nuestro cuerpo a una cantidad de impactos más grande de la que puede soportar, finalmente se acabará lesionando por la zona que tenga más débil.

Además del impacto de este deporte, las lesiones pueden venir por factores como una técnica de carrera o apoyos incorrectos, falta de descanso, o exceso de fatiga.

Si eres corredor, seguro que alguna vez te ha dolido algo, has tenido alguna molestia o posiblemente una lesión. Si queremos practicar con seguridad este deporte, no solamente vale correr, esto debe ir acompañado de trabajo de flexibilidad, fuerza, propiocepción y otros trabajos complementarios a la carrera muy necesarios para evitar dolencias.

A continuación veremos algunas de las lesiones más comunes entre corredores y que es posible que hayas que has sufrido alguna vez:

TENDINITIS AQUILEA:

La tendinitis es una inflamación del tendón, en este caso del tendón de Aquiles, es decir, el tendón en el cuál confluyen nuestros gemelos y sóleo para insertarse en la articulación del tobillo.

Esta inflamación viene provocada por el sobreuso del tendón, debido a la repetición de impactos, y en ocasiones también puede deberse a correr con zapatillas que nos estén presionando demasiado la zona.

TENDINITIS ROTULIANA:

Al igual que la lesión anterior corresponde a una inflamación del tendón, en este caso el rotuliano, en el cuál deriva la musculatura del cuádriceps para insertarse en la zona alta de la tibia después de pasar por la rótula.

Notaremos dolor en la zona baja de la rótula, pudiéndose reflejar en el resto de la articulación y dificultando la movilidad de la rodilla.

Viene provocada por un impacto continuado excesivo o por desalineaciones corporales o descompensaciones musculares.

SÍNDROME DE LA CINTILLA ILIOTIBIAL: 

Se trata de una molestia que aparece en nuestra rodilla, y que se localiza en la parte externa de esta.

Se produce por un roce continuo entre nuestra banda iliotibial y el cóndilo externo de nuestra rodilla, lo cual hace que esta banda se inflame y aparezca el dolor en esta zona. Suele estar provocado por una pisada incorrecta que sobrecargue la zona, o por una debilidad en nuestra musculatura estabilizadora, especialmente del glúteo medio.

FASCITIS PLANTAR:

La fascitis es una inflamación de la fascia que recubre nuestro arco plantar, en la planta del pie, normalmente reflejada en la zona más próxima al talón.

Correr por zonas demasiado duras y sobretodo una mala elección de nuestras zapatillas, son las principales causas por las que se produce esta lesión.

PERIOSTITIS TIBIAL:

La periostitis tibial es una molestia que aparece en la zona de la espinilla, concretamente en la parte interna de la tibia, debido a una inflamación del periostio (una especie de tela que recubre al hueso).

Al igual que en las anteriores lesiones, el desencadenante es el impacto, lo cual se puede ver agravado con unas zapatillas inadecuadas, un terreno demasiado duro, una mala técnica de carrera, o una carga excesiva de entrenamiento.

CONDROMALACIAS:

La condromalacia es un daño o desgaste del cartílago que recubre nuestras articulaciones. En la carrera, principalmente se ven afectados los cartílagos de nuestras rodillas, aunque también se pueden dañar los cartílagos del tobillo o la cadera.

Este desgaste del cartílago se produce debido a un roce continuo entre los huesos que componen la articulación, provocado normalmente por descompensaciones musculares (en el caso de la rodilla normalmente por una descompensación de la musculatura del cuádriceps) o por algún traumatismo. Es un principio de artrosis, y este hecho hará que la articulación no realice el movimiento de forma tan fluida, haciendo que aparezca dolor en la zona, y dificultando ligeramente la movilidad.

LUMBALGIAS:

Nuestra columna lumbar también absorbe un gran impacto durante la carrera, lo que puede provocar que en ocasiones aparezcan molestias en esta zona.

Normalmente este hecho ocurre cuando tenemos debilidad en la musculatura lumbar.

ROTURAS FIBRILARES:

Corresponde a una rotura de una o varias fibras musculares, siendo de menor o mayor grado en función de la cantidad de fibras que se rompan. Cuando se produce se nota un dolor fuerte y punzante en un punto determinado del músculo dañado, y la movilidad de ese músculo se ve muy reducida por el dolor.

Se produce normalmente con una contracción muy brusca del músculo, como cuando se realizan series de velocidad o al realizar un mal gesto. También puede venir producida por una excesiva fatiga muscular que acabe derivando en la rotura o bien por una descompensación muscular.

ESGUINCE DE TOBILLO:

Es una de las lesiones más frecuentes, aunque esta se produce de forma fortuita debido a una torcedura, y al producirse se dañan los ligamentos del tobillo. En función del grado de daño que tengan los ligamentos (desde una simple elongación o distensión hasta una rotura completa de estos) la lesión será de un grado I hasta un grado III, y la recuperación podrá variar desde varios días en los grados más leves o en 1-2 meses si el esguince ha sido grave.

LA PREVENCIÓN Y LA PACIENCIA SON LA CLAVE

Es muy importante el trabajo de prevención, para evitar que estas se produzcan. Pero si por los motivos que sean, acabamos en alguna de estas lesiones, es muy importante no forzar la maquinaria, tener paciencia y ponerse en manos de profesionales.

En la mayoría de ocasiones, seguimos entrenando o volvemos a entrenar sin tener un diagnóstico claro, y eso puede acarrear un empeoramiento de la lesión al no saber exactamente cuál es el problema real. Las pruebas como ecografías, radiografías, TAC, resonancias, contrastes… son las que realmente nos dirán que lesión tenemos y cuál es el estado de nuestra lesión.

Acelerar este tipo de procesos es muchas veces complicado ya que a través de la seguridad social podemos estar esperando varios meses a una prueba diagnóstica, por lo tanto es muy interesante poseer un seguro de salud que nos ampare en este tipo de situaciones y nos ayude a solucionar la lesión de la manera más rápida y con la mejor atención posible.

Estos seguros nos dan acceso a traumatólogos, fisioterapeutas, otros profesionales y a las pruebas que hemos mencionado anteriormente, sin embargo si no poseemos este tipo de seguro, cualquier lesión nos supondría un mayor coste.

A parte de un buen seguro de salud, tenemos que contar con profesionales del deporte que nos acompañen en el proceso tanto de la práctica deportiva como de la lesión, debido a que muchas se pueden evitar gracias al trabajo muscular de eslabones débiles.

En conclusión, el running es sin duda un ejercicio muy recomendado para mejorar nuestra salud siempre y cuando se haga de manera controlada, progresiva y de la mano de profesionales para evitar lesiones y molestias innecesarias.

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