(31-5-2017). Para el podólogo Ángel de la Rubia, gran parte de las lesiones de los corredores vienen provocadas por los pies, concretamente por la pisada. Acaba de publicar un libro sobre las lesiones del corredor, unas dolencias de las que nos habla a continuación.
Hablar de Ángel de la Rubia es hacerlo de uno de los podólogos de más prestigio de nuestro país. Con más de 30 años de experiencia a sus espaldas –o a sus pies-, es una de las voces más autorizadas para saber cómo debemos cuidar de nuestros pies si queremos correr sin lesionarnos. Y predica con el ejemplo. Él mismo es corredor desde hace décadas, además de responsable del área de podología del Maratón Popular de Madrid (MAPOMA). De hecho, ahora ha querido sintetizar todos sus amplios conocimientos en un libro muy útil: “Lesiones del corredor. Manual para prevenir y curar los problemas del running”.
Acabas de sacar al mercado el libro “Lesiones del corredor. Manual para prevenir y curar los problemas del running”. ¿Qué te motivó a escribirlo?
Es un libro que es fruto de mi experiencia de 30 años viendo corredores y la frustración que nos provoca el hecho de ver como tantos corredores ven frustrados sus retos. Algo que se puede mejorar y solventar con algo tan simple (entre comillas, dice) como mejorar sus apoyos. A veces, me he encontrado con corredores que han pasado por un sinfín de traumatólogos y de pruebas y diagnósticos muy caros cuando, en muchas ocasiones, su problema se podría resolver modificando sus apoyos a la hora de correr. Esto es, con una exploración biomecánica y una plantilla, un soporte plantar como nos gusta decir a nosotros, y corregir desalineaciones.
¿No tratamos bien a nuestros pies?
El pie sufre un gran maltrato en nuestra sociedad, pero también por parte de la clase médica. Y, en este sentido, el libro también quiere defender su gran importancia porque ello va a repercutir de forma directa en la salud de los corredores, en el caso que nos atañe.
¿Cuáles son las principales lesiones que sufren los corredores?
La reina de las lesiones en el mundo de los corredores sigue siendo a lo largo de los años la misma: la fascitis plantar. Es la lesión más repetitiva, porque el pie, al correr, trata de perder el arco, de desparramarse por la fuerza de la gravedad y por la reacción del suelo (son dos fuerzas verticales con distinto sentido, una ascendente y otra descendente). La segunda lesión más común sería el síndrome de fricción de la cintilla iliotibial, un dolor muy insidioso y muy invalidante. En tercer lugar, tendríamos la periostitis y la tendinitis del tibial posterior, son dos lesiones que van bastante de la mano. Además, también tendríamos la tendinitis aquilea, que es una lesión también repetitiva, sobre todo en corredores que abusan de las series y de correr de puntillas y que no han tenido la paciencia suficiente para transitar de una técnica talonadora a otra de antepie. Con un poco más de distancia sobre estas lesiones, encontraríamos las trocanteritis (dolor de cadera) y las lumbalgias y las tendinitis de la pata de ganso.
La reina de las lesiones de los corredores sigue siendo la fascitis plantar
¿Son las mismas lesiones ahora, que hay mucha más gente que corre, que hace 15-20 años cuando la comunidad de runners era mucho menor?
Pues la verdad es que no. Sin ir más lejos, hace 10 años, realicé una estadística sobre 1.000 corredores y la lesión más repetitiva era la periostitis tibial. Y ahora, en la actualidad, ha pasado al tercer puesto. La conclusión de este cambio se debe a la mejora de la absorción de impacto por parte de las zapatillas deportivas. La mejora de la tecnología, de la media suela de EVA (material que llevan la mayoría de zapatillas) ha conllevado que el impacto sea menor y menos lesivo y, por lo tanto, la periostitis tibial ya no es la lesión más frecuente.
¿Existen muchos corredores inconscientes que empiezan a correr sin ningún tipo de información ni asesoramiento y que después deben lamentar lesiones?
Por suerte, cada vez menos, ya que tenemos más acceso a la información (admite, reflexivo, el podólogo). El corredor hace las cosas mejor, tanto por la mejora en la información, como también por el desarrollo socio-económico. Disponemos de más recursos, vivimos mejor. Si pienso en la zapatilla con la que hice mi primer maratón, en 1978, y la comparo con las actuales… dista un abismo. De hecho, aquellas son unas zapatillas que ahora puede utilizar mi hijo para pasear, tipo casual. La mayoría de los corredores que debutan en una carrera popular llevan una gran información, aunque aún hay un porcentaje, alrededor del 5%, que hace las cosas muy mal. Es algo circunstancial.
¿Y corredores mal aconsejados?
La verdad es que bastantes. Son corredores que hacen una inversión importante en material deportivo, pero no adquieren la zapatilla correcta porque han sido asesorados por personal no cualificado. Esto es un problema. Por ejemplo, que uno no sea consciente del tipo de pisada que tiene. En una encuesta que hemos hecho este año en los planes de entrenamiento del Maratón de Madrid para evaluar el nivel de riesgo que tenían estos corredores, comprobamos que un 20% de ellos habían sido mal aconsejados, no corrían con la zapatilla idónea para correr.
La mayoría de corredores debutantes y habituales tienen mucha información, pero muchos son mal asesorados por personal no cualificado
¿Cuáles son los principales errores que pueden cometer algunos atletas populares y que después les pueden provocar lesiones?
El principal error es el estructural, el anatómico. Hay muchos corredores que pisan mal, y esta es la principal causa de lesión. La segunda gran causa sería el error en la adquisición del calzado deportivo. Comprar unas zapatillas que no tengan las características propias para ese pie, para esa distancia, técnica, superficie de entrenamiento, etc. El tercer gran grupo sería la técnica de entrenamiento no adecuada. En menor medida, encontraríamos el hecho de correr por superficies extremadamente duras (aceras, asfalto…) y querer coger una forma física demasiado rápido, sin tener la paciencia necesaria como para ir incrementando los niveles de entreno paulatinamente. Y también me gustaría mencionar el sobrepeso, que es otra causa también importante relacionada directamente con la aparición de lesiones.
¿Todo corredor necesita plantillas, o soporte plantar como nos decías al inicio, para correr?
(Reflexiona antes de responder). No todo el mundo necesita soporte para correr, pero sí todo el mundo, todos los corredores, correrán mejor con un soporte personalizado. Así se desprende de un trabajo que hicimos en el Consejo Superior de Deportes hace 20 años. Vimos que todos los corredores mejoraban su rendimiento con un soporte plantar personalizado. A todos nos va bien, porque cuando incrementamos de una forma drástica nuestro nivel de entrenamiento, a partir de la primera hora de correr, se incrementa también la pronación, el pie se va más hacia dentro. A todos nos iría bien correr con plantillas, pero estas son imprescindibles para aquellos runners que, de entrada, ya pisan mal.
No todos los corredores necesitan plantillas, pero sí todos los corredores correrán mejor con ellas
Y la última, ¿has colaborado con la marca Lurbel en la creación del sistema ESP para sus calcetines. ¿En qué consiste este tipo de tecnología que llevan estas prendas de la marca valenciana?
Lurbel tenía ya un calcetín con una tecnología muy buena, pero, aun así, contactaron conmigo porque querían ver de qué manera podían incluso mejorarlo y limitar el riesgo de una lesión muy banal pero que nos puede llevar al traste e impedir que terminemos una carrera: las temidas ampollas. Los responsables de Lurbel me pidieron que diseñara cuáles eran las zonas más vulnerables del pie para sufrir ampollas y rozaduras. Y lo tuve muy fácil, la verdad, ya que, después de tantos años en la especialidad, tengo estadística de dónde se producen este tipo de lesiones. Y les hice un mapa, un esquema, para decirles en qué partes tenían que reforzar un calcetín que, ya de entrada, llevaba una fibra muy buena. Me hicieron caso y, a partir de ahí, hemos caminado juntos y de una manera muy positiva.
En concreto, ¿cuáles son estas zonas que requerían un refuerzo especial?
Principalmente, la región del primer dedo y cabeza del primer metatarsiano, el arco longitudinal interno (lo que sería la parte interna de la bóveda del pie), el talón y la parte externa del pie, la que coincide justamente con la base del quinto metatarsiano.
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